La disciplina emergente de la administración ambiental: una propuesta estratégica de supervivencia y diferenciación.


1. Hacia la Dirección ambiental estratégica en la sociedad y las organizaciones.

Desde la segunda mitad del siglo XX, el ritmo de cambio experimentado en el mundo no tiene antecedentes conocidos,cambios con velocidades exponenciales, impregnados de acontecimientos singulares, novedosos y discontinuos que contienen sorpresas y alta turbulencia, que han originando una alta complejidad e incertidumbre frente al entorno (Ansoff,1997). Esto ha originado retos estratégicos en las organizaciones y la sociedad, que afectan la supervivencia y conllevan a giros fundamentales en las formas de pensar y actuar.

Para Toffler (1980), la sociedad está transitando hacia la“tercera ola”, especialmente en los países desarrollados, y que configuran un nuevo tipo de sociedad que se ha denominado post industrial (Bell, 1976) o post capitalista (Drucker, 1994).El centro de gravedad de la tercera ola es la innovación, es decir, la aplicación de conocimientos para producir nuevos conocimientos(Drucker, 1994), estos conocimientos deben ser actuales y útiles.

La “primera ola” denominada “Era agrícola”, cuya fuente de riqueza es el trabajo físico y la tierra se caracteriza por una alta dependencia por la naturaleza, en el campo energético, se explotaban fuentes renovables de energía, ya sea mediante la leña, el agua, el viento o los animales (Toffler, 1980; Drucker,1994).

La segunda ola denominada la “Era industrial”, basada en el trabajo manual y las máquinas, cuyos fundamentos son el capital físico y financiero, y las economías de escala en la producción.En la segunda ola, la sociedad pretende administrar y dominar la naturaleza, es una economía basada en el pensamiento mecanicista que en el ámbito energético se sustenta en las energías no renovables y esencialmente los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). En la primera fase de la revolución industrial, el conocimiento se aplica a herramientas,procesos y productos, mientras que en la segunda fase, que comienzahacia 1880 y culmina a mediados del siglo XX, el conocimiento empieza a aplicarse al trabajo manual, cuya principal expresión es la administración científica (Drucker, 1994).

En la tercera ola, se acepta que la naturaleza no se puede administrar y controlar, la sociedad debe buscar una interdependencia y compatibilidad con ella, es decir, que su relación o se debe basar en interacciones mecánicas sino en formas orgánicas susceptibles de adaptabilidad y reinvención. Las presiones ambientales, la desregulación de la industria y los avances tecnológicos están a punto de cambiar la supremacía que mantienen las fuentes de energía tradicionales, se espera transitar hacia energías renovables, sistemas distribuidos, tecnologías del hidrógeno y una industria liviana.
En dicho contexto, el factor de éxito en materia de supervivencia y diferenciación para la administración de las organizaciones ha venido presentando notables cambios en la medida que cambian los retos estratégicos de las organizaciones. La producción artesanal no podía responder a los retos de una economía de demanda que requería tecnologías rígidas y enserie, producción en masa y en gran escala, para lo cual como respuesta consistente, surgió el Taylorismo como sistema de administración “científica” aplicado al trabajo manual, que permitía atender los retos directivos de supervivencia que se concentraban especialmente en la planta de producción. La prioridad eran las cantidades y no la calidad y el centro del poder y el éxito de supervivencia y diferenciación se localizaba en la gerencia de producción. Es la expresión pura dela gran fábrica, las industrias “chimenea”, el medio ambiente es un factor de producción más, que debe combinarse en forma óptima, dando señales de eficiencia productiva, es decir,producir al costo mínimo promedio, la empresa que ofreciera un producto establecido al menor precio seria la que ganaría.Se empiezan a vislumbrar los importantes impactos en materia ambiental y social derivados de la utilización intensiva de tecnologías apoyadas en recursos no renovables y donde el trabajo manual se vuelve un apéndice más de la máquina.El rol del estado en esta situación, es estimular el crecimiento económico sin límites ambientales.

Derivado de los aumentos en la intensidad competitiva, se pasó gradualmente de una economía de demanda a una economíade oferta, en la que las cantidades producidas no estabanaseguradas en los mercados, lo cual presiona a la dirección aintroducir elementos de diferenciación en los bienes y servicioscolocados, para lo cual empieza a tomar consideraciónespecial, el marketing con un importante sesgo hacia las ventas.Entonces, las fuentes de supervivencia y de ventaja sontrasladadas hacia la gerencia de marketing, en la que la administracióncientífica es necesaria pero insuficiente y obliga ala organización a orientarse al entorno y a comportarse prioritariamentecomo sistema abierto, especialmente interpretandoa los clientes e influenciando sus patrones de consumo, sintener en cuenta los problemas éticos subyacentes. Es decir, quela organización exitosa es aquella que presente mayores asimetríascon sus competidores y dichas diferenciaciones provienende los esfuerzos de la gerencia de marketing, que seconstituye en centro de gravedad del poder y de la asignación de recursos. En este escenario, la organización necesita delconsumismo y es exacerbado por efectos de la publicidad, queen muchos casos es engañosa y se crean nuevas necesidadesa un ritmo exponencial, donde el “eros” griego empieza a estimularsehasta límites insospechados sin consideraciones éticas,y la organización es el vehículo natural para impulsar esaanhelada libertad material y conexamente maximizar el valordel accionista.

Un aspecto fundamental que modifica sustancialmenteel entorno fue la creación de laboratorios de investigación ydesarrollo en la gran corporación como Du Pont, Bell Telephoney General Electric; esto conllevó a que el eje centraldel éxito futuro de la empresa fuera la innovación (Ansoff,1997). Es decir, la prioridad de la organización no era contarcon altas cuotas de mercado, sino tener un conjunto de competenciastecnológicas que derivan de la gerencia de investigacióny desarrollo. El éxito reside en la reducción de los ciclosde vida de los productos en el mercado, es decir, introducirpermanentemente nuevos bienes y servicios en su cartera deproductos. Como es obvio, para la dimensión ambiental, estecomportamiento de las organizaciones no hizo sino incrementarsustancialmente el daño ambiental, dado que los ciclos devida del producto en el mercado son cortos y todo reviste uncarácter “desechable”. El estado sigue siendo un espectador enla visión neoclásica, en contraste, el enfoque keynesiano se caracterizapor una participación activa del estado, estimulandola demanda agregada y el poder de compra de los trabajadores,sin embargo, ambos enfoques conllevan a prácticas de consumono sustentables.

En este punto se asiste a un nuevo escenario, la velocidaddel cambio es impulsada especialmente, por la ciencia yla tecnología, dicho ritmo de cambio empieza a presentar velocidadessin antecedentes conocidos. Se cumple lo planteadopor Prigogyne (1994), quien advierte que el presente no debecomprenderse como la continuación del pasado sino como unaépoca diferente y discontinua frente al pasado y, sobre todo,al futuro. Como respuesta directiva se requiere un sistemade dirección que reflexione sobre los problemas de supervivenciaen forma sistémica y contingente, propugnando porla anticipación, buscando dar respuestas casi en tiempo real,estructurando organizaciones adaptables y flexibles, evitandolas amenazas y capitalizando las oportunidades, en donde sereconozcan las incertidumbres residuales (hay cosas que no sepueden conocer). Como respuesta a este reto de supervivencia,surge la gerencia estratégica. El Administrador es un estrategaque busca satisfacer los grupos de interés con criterios éticos,dicho directivo balancea la eficacia y la eficiencia, solucionaproblemas y capitaliza oportunidades, reconoce que la administracióndebe integrar la ciencia, el arte y la práctica, incitacambios fundamentales, hace rupturas con el pasado, acepta elmejoramiento continuo pero impulsa el cambio radical, “creerpara ver”, asume el reto de “hacer que las cosas sucedan”. Porlo tanto, la gerencia estratégica armoniza la eficiencia generalcon la creación y mantenimiento de ventajas competitivas, esdecir, el cuerpo (organización flexible y de rápida respuesta) seintegra con el cerebro (Dirección Estratégica) para alcanzar eléxito (Prahalad y Hamel, 1994; Hamel, 2009).

Sin embargo, en el campo de la dirección estratégica, se havenido negando el rango de importancia estratégica al medioambiente, en la agenda se ha venido priorizando temas de indudablerelevancia como la globalización, las alianzas estratégicas,la intensidad competitiva, los procesos de desregulacióny liberalización, entre otros (Rodríguez y Ricart, 1999). Elmedio ambiente como factor de supervivencia de las organizacionesgradualmente se ha venido constituyendo y constituiráen el referente central de la organización, derivado de las políticaspúblicas, que presiona los procesos de internalización dela gestión y los costos ambientales, que permite lograr señalesprecisas e incorporar el concepto de desarrollo sostenible enlas decisiones de financiamiento e inversión, así como las legislacionesinternas, que deben realizar reformas que incentivena las empresas para utilizar tecnologías limpias, aumentarla eficiencia productiva y elaborar productos de mayor valoragregado (Larach, 1998 y Hart, 1995). Adicionalmente, la exigenciade los clientes, grupos de presión organizados (ligas deconsumidores, organizaciones no gubernamentales) conllevaa que las empresas, especialmente los que se apoyen en estrategiasexportadoras, para permanecer y expandir sus operaciones,deben cumplir requisitos de calidad (ISO 9000, ISO14000, etc) y diferenciarse en los mercados mediante ventajascompetitivas basadas en el medio ambiente.
Las empresas que deseen permanecer en el mercado deberángestionar e internalizar sus costos ambientales a lo largode los ciclos de vida de sus productos, por lo que las ventajascompetitivas estarán basadas en el medio ambiente mediantela construcción de capacidades estratégicas o competenciasdistintivas de largo plazo (Prochile, 2005). Por lo tanto, elfactor de éxito futuro se concentrará en la alta dirección concriterios ambientales y la gerencia estratégica ambiental quetendrá como preocupaciones esenciales: i) Construir una carterade productos ambientalmente amigables para mercadosmás exigentes, ii) impulsar estrategias de reducción de costosy tutelaje de productos apoyado en herramientas de gestiónambiental y tecnologías de producción más limpia (orientación a la producción), iii) desarrollar estrategias de marketingverde que permitan fidelizar e incentivar a los clientes para quesus decisiones de compra estén basadas en el precio, la calidaddel producto y la calidad ambiental (orientación al mercado) e,iv) implementar estrategias de responsabilidad social que sustentensu supervivencia y diferenciación en la integración de ladimensión económica con las dimensiones social y ambiental.

2. Relaciones Administración y medio ambiente.

El estudio de las relaciones entre la administración y el medioambiente, se enfrenta con unos fundamentos teórico-conceptualesde la administración de las organizaciones, que no sepreocupan por los aspectos ambientales y con un gran predominiode la maximización del valor de los accionistas, es decir,las organizaciones se han venido considerando como institucionesesencialmente económicas.
Las teorías de la administración han privilegiado el enfoqueeconomicista en la gestión de las organizaciones, desdela obsesión por la efi ciencia interna hasta el culto por las asimetríasorganizacionales apoyados en el cambio estratégico,pero esencialmente respuestas directivas que buscan satisfacerexclusivamente al accionista, donde el resto de grupos de interés que pueden ejercer influencia directa o indirecta sobre lasorganizaciones, se tratan en términos del cálculo económico,en los que la satisfacción de sus necesidades y expectativasestán en función exclusiva de la relación costo-beneficio. Enopinión de Friedman (Lozano, 1999), para las empresas no esposible priorizar otros intereses aparte de la satisfacción de losaccionistas, ya que se puede colocar en duda a su misma existenciacomo institución exclusivamente económica.

La génesis de este análisis tiene origen en el pensamientoracionalista y la racionalidad industrial, donde la naturalezase reduce a un instrumento de explotación y transformación e interesa su cuantificación para conocer las posibilidades deextracción de ese capital natural. Lo cual no es sorprendente,dado que se coloca en línea con la ciencia positiva, donde nointeresan los valores y la estética y lo interesante y útil es lamensurabilidad. Es decir, lo que no entra en lo cuantificable esirrelevante, por lo que el medio ambiente no merece ningunaatención (García-Huidobro, 2006).
El reto contemporáneo que afecta la supervivencia de lasorganizaciones e incorpora un riesgo sistémico a la sociedaden su conjunto, es el medio ambiente, y constituye un problemaestratégico por las siguientes razones: i) la impredecibilidady complejidad de los fenómenos naturales como el clima,el cambio climático, los alimentos, el agua, entre otros, ii) lasolución de sus problemáticas y sus cambios revisten un carácterglobal, iii) presenta fuertes interdependencias con la crisissocial y, ii) El liderazgo actual da respuestas de carácter parcial,cortoplacista e inadecuadas a la problemática ambiental(Senge, 2009; Balbino, 2009 )

Dicho cambio fundamental se apoya filosóficamente enuna idea muy antigua: la de límite. En efecto, el hombre industrialal servicio del progreso prometido por la ciencia positivase está viendo obligado a diferenciar entre poder y deber, conel efecto de tener que renunciar a proyectos tecnológicos, nopor imposibles, sino porque son indeseables para la sociedad.No basta con que haya un progreso científico para que lo aceptemos,se acepta si constituye auténtico bien, y el criterio de“bien” no le viene de la técnica misma, sino de afuera. En otraspalabras, la ciencia y la técnica son insuficientes o no justificanlas razones para vivir (García-Huidobro; 2006).

En contraste, cuando se trata de acoger los preceptos deldesarrollo sustentable se deben gestionar y equilibrar las necesidades de la sociedad civil, las expectativas de los empleadosy consumidores, el apetito de los accionistas y el cuidado dela naturaleza. En otras palabras, administrar implica satisfacerlos grupos de interés internos y externos, en términos de susdemandas políticas, donde la satisfacción de dichas demandasdebe ser guiada por la ética y la orientación al servicio. La administracióndebe incorporar estos criterios como un problemade supervivencia.
En otras palabras, el concepto de límite tiene estrecha relacióncon la de responsabilidad. En un sentido, el hombredebe responder no solamente por la generación actual sino enun sentido más amplio, ocuparse también de las generacionesfuturas. Dicha responsabilidad o solidaridad, exige el cuidadodel medio ambiente para las generaciones futuras. En otrosentido, igualmente relevante, nuestras acciones individualestiene impactos colectivos significativos más allá de lo que nosdice nuestro sentido común (García-Huidobro; 2006).

La construcción de una nueva administración requiere, entreotras, adoptar las siguientes premisas básicas (Sarmiento,2006; Mintzberg, 2005).

Se requieren formas de pensamiento complementarias a laracionalidad económica que posibilite el desarrollo y consolidaciónde las nuevas tendencias del pensamiento administrativo,que limitan la internalización del medio ambiente y la vocaciónde servicio y solidaridad humana, tanto en la dimensióninterna como externa de las organizaciones.
La sociedad y la organización han de ser entendidas hoycomo sistemas complejos, al contrario de las visiones tradicionalesdel pensamiento administrativo actual, que se apoyanen la racionalidad limitada del directivo, que eluden la complejidady la incertidumbre o en el otro extremo, el directivocon información completa, quien es un tomador de decisionesóptimas y se ignoran por completo la complejidad y la incertidumbre.

El éxito de las organizaciones del futuro debe moverseentre el continuo burocrático y la adaptación y flexibilidad, esdecir, la disciplina y la creatividad deben ser complementarias,lo cual permite dar soluciones novedosas a problemas no linealescomo el medio ambiente. La predictibilidad y comprensibilidaddebe adaptarse y responder oportunamente al riesgoy al cambio estratégico.
La supervivencia de las organizaciones actuales dependede un estratega que realiza cálculos analíticos, lógicos y sistemáticosen situaciones de estabilidad y continuidad, y que derespuestas consistentes derivadas de la experiencia directivaen situaciones de discontinuidad y caos, así como que esté encapacidad de visualizar futuros que impliquen cambios de largoalcance como el medio ambiente. El directivo actual tienetres opciones indisolublemente ligadas: el cálculo racional ymatemático, el arte que es creatividad y el aprendizaje-síntesisen su experiencia práctica.        
La búsqueda de integración del pensamiento ambientalcon sistemas de administración como la Dirección estratégica,el enfoque de sistemas y contingencia, la gestión del conocimientoy la responsabilidad social, que permitan el impulsoy consolidación de una sociedad del conocimiento donde secomplementen la justicia y la libertad.

Es claro que es insuficiente la promesa incumplida de lasociedad cibernética, en la que el problema del medio ambientepresentaría soluciones estructurales, mediante la vía del cambio científico y tecnológico, es decir, el progreso “real”y el verdadero cambio se traduce en contar con una industrialiviana y automatizada, sistemas distribuidos, energías renovables,tecnologías de hidrógeno, donde asistiríamos en el futuroa sociedades organizadas en pequeñas comunidades intensivasen tecnologías de punta y amigables con el medio ambiente.Dicha propuesta se olvida que para hacer realidad dicho futurodeseado debe tener en cuenta las resistencias al cambio, la negociacióncon los grupos de interés beneficiarios y afectadosdel proceso, las estrategias factibles y acciones en tiempo realque integren el futuro deseado con el presente, las sorpresas yrespuestas adaptativas y flexibles que se deben dar en “tiemporeal”, la masa crítica requerida para lograr esos cambios degran alcance, la democratización del poder, la integración delos excluidos y más pobres al proceso de cambio y la internalizacióndel servicio y solidaridad humanos en las intenciones yacciones individuales y colectivas de la sociedad, entre otros,es decir, uno de los “cuellos de botella” puede ser un problemade administración con criterios de responsabilidad socialambiental. No aceptar este postulado sería reducir el cambioa un proceso tecnológico y mecanicista donde el hombre esun instrumento más del cálculo “frío” y racional que permitallegar a la anhelada sociedad cibernética.

3. Categorías esenciales para el Administrador Ambiental.

La premisa esencial sustentada en este artículo es que la sociedad y organizaciones contemporáneas deberán ser administradas con responsabilidad social ambiental. Por lo que anteriormente,se presentó la evolución de los sistemas de dirección y el rol determinante de la dirección estratégica ambiental y los fundamentos generales de las posibles relaciones entre administración y medio ambiente. Entonces, se constituye en factor de interés esbozar los fundamentos conceptuales del que hacer profesional del administrador ambiental, como garante esencial de la supervivencia y diferenciación de las organizaciones y las instituciones sociales del futuro. Para tal efecto se describiránlas categorías esenciales de su quehacer profesional.

a. Instrumental: Que consiste en dotar al profesional de un
conjunto de técnicas y herramientas de administración ambiental, que le permita responder a las exigencias de la organización, y que encuadrado en una estructura funcional,en la que la gestión del medio ambiente se internalice en la organización, derivado de un imperativo legal o por efectos de procesos de imitación en el mercado, producto de la incertidumbre futura que se generaría de no adoptar estas prácticas de gestión. Esta categoría es vital pero insuficiente, dado que el medio ambiente no irriga a la organización en su totalidad, simplemente se desconoce su importancia estratégica futura y se presenta un importantes esto a concebir la solución de los problemas ambientales desde una perspectiva exclusivamente tecnológica y reactiva.El rango de importancia que se le concedería al medio ambiente en la agenda futura es más coactivo y reactivo.Sin embargo, los instrumentos pueden superar el ámbito delo operativo y constituirse en apoyo estratégico y epistemológico de la Administración ambiental, como se evidenciar más adelante en la exposición de los ejes temáticos de éxito para su desempeño profesional.

b. Problémica: Desde esta categoría, el éxito del futuro  Administración Ambiental se determina a partir de la identificación de los problemas y oportunidades estratégicas en el contexto nacional e internacional, enfoque pertinente dada la velocidad del cambio actual y que los problemas estratégicosde hoy son diferentes a los de ayer. Los ambientes académicos y profesionales en la práctica administrativahabían venido otorgando importancia decisoria a temas como la globalización, la desregulación, las alianzas estratégicas,entre otros, pero sin darle el rango requerido al medio ambiente. El incremento de las demandas sociales y los grupos de interés están convergiendo a darle al medio ambiente la importancia crucial que se merece hacia el futuro.En este caso el medio ambiente es pro activo y es un tema horizontal, que concierne a la totalidad de los miembros dela organización y hace parte de la agenda estratégica futura y la velocidad de los cambios podría ser gradual y radical.Por lo tanto, se reclama en el ámbito de lo público que la política ambiental sea diseñada e implementada desde el análisis y evaluación estratégica ambiental y gradualmente desemboque en políticas de estado que sustenten como eje de supervivencia y diferenciación la variable ambiental.Por su parte, en las organizaciones, la dirección estratégica ambiental se verificará en: i) ingresos apoyados esencialmente en carteras de bienes y servicios ambientalmente amigables, ii) reducción de costos derivado de tecnologías limpias y tutelaje de productos, iii) clientes fidelizados por decisiones de compra basados en relaciones precio-calidad del producto y socio-ambientales, iii) Reputación en la sociedad por estrategias de responsabilidad social ambiental.

c. Epistémica: El cambio de paradigma es una cuestión de supervivencia. Por lo tanto, paralelamente al proceso de“de construcción” se debe abordar la e “construcción”, desde una epistemología para-científica, mediante un proceso de construcción colectiva, es decir, un nuevo paradigmadenominado ambiental ( Mateo Rodríguez, 2005).

Se concibe como la construcción de un cuerpo de conocimientos disciplinares y/o interdesciplinares a partir de la formulación de grandes cuestiones fundamentales que llevarían a un paradigma emergente, que implicaría pertenecer a una comunidad nacional e internacional de administradores ambientales,que comparta ciertas preguntas fundamentales que marcan leves o significativas diferencias con otras áreas del saber. Desde esta perspectiva el quehacer profesional se apoya en un núcleo duro de conocimientos compartidos y aceptados por una comunidad y legitimados por una práctica investigativa,en los cuales dicha comunidad difundirá responsablemente estos saberes en las organizaciones y la sociedad para interiorizar el medio ambiente como factor estratégico de supervivencia y progreso humano.

En esta perspectiva se establecen matices claros con otras disciplinas (Por ejemplo: la ingeniería y la Economía) y la práctica profesional del Administrador Ambiental y se le decarta de ciudadanía en el nivel disciplinar e interdisciplinar. Para tal efecto, se requiere explorar e identificar los fundamentos teórico-conceptuales que desde la disciplina administrativa y desde el pensamiento ambiental sustentan a la profesión.La estrategia para garantizar dicha integración, es de carácter interdisciplinario, que convoca varias tendencias teóricas y metodológicas, privilegiando el aporte de los enfoques de la administración: a) Dirección Estratégica, b) Gestión del conocimiento,c) Responsabilidad social ambiental, d) el enfoque de sistemas y contingencia y, e) las contribuciones del pensamiento ambiental contemporáneo que reclaman sus conexidades con la ética, la pobreza, la equidad y el desarrollo humano. Dicha visión busca la formación de profesionales que no caigan en el antropocentrismo de la ciencia normal y en elecologicismo radical contemplativo.
Se pretende que el futuro profesional aborde el medio ambiente desde la administración y a ésta desde el medio ambiente,para hacer ruptura con la linealidad y consolidar una nueva forma de conocimiento disciplinar. La integración dela administración y el medio ambiente conlleva a una mirada descentrada de lo disciplinar y comprometida con los diversos enfoques, tendencias y autores contemporáneos, de la experiencia profesional, del conocimiento ancestral y teológico delos pueblos, es decir, una epistemología para-científica e interdisciplinar.

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